
En uniforme firme y erguida,
con temple noble y corazón,
la patria en su pecho esculpida,
de honor forjado su acción.
Con paso recio en la batalla,
con alma fuerte en el deber,
cada jornada es su metralla,
luchando siempre sin ceder.
La madrugada la despierta,
el sacrificio es su oración,
en cada ronda, siempre alerta,
sin titubeos ni evasión.
Por su bandera da la vida,
sin miedo, sin retroceder,
y aunque la guerra es desmedida,
su fe la ayuda a vencer.
Es madre, amiga y compañera,
es una luz en la misión,
con voz serena y justiciera,
con fuego ardiendo en su pasión.
El viento canta su heroísmo,
su huella queda en el andar,
su nombre escrito en patriotismo,
su historia es fuerza militar.
La calle es fiera, es despiadada,
el crimen acecha sin cesar,
pero su alma está blindada,
dispuesta siempre a luchar.
Custodia firme de la calma,
del pueblo el ángel protector,
su voluntad nadie desarma,
su estampa infunde gran valor.
Hoy la exaltamos con orgullo,
hoy su coraje es un clamor,
¡honor a aquella que con puño
defiende siempre su nación!
Que su bandera ondee en alto,
que su misión brille inmortal,
que el mundo sepa que su encanto
es su grandeza sin igual.
Con aprecio y respeto para nuestras valientes amazonas. Gracias Mujeres Militares, con su sacrificio y abnegación también hacen patria,
Sincelejo, marzo 8 del 2025
Por Silverio Jose Herrera Caraballo
LA REACCIÓN PRENSA
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