
Antes de iniciar esta discusión sobre ideas Geopolíticas que tengo acostumbrado a mis lectores quiero desearles un feliz año a todas las personas que leen este medio y sacan un tiempo para analizar estos fenómenos tan interesantes ahora después de las felicitaciones que por rigurosidad se exigen en estas épocas iniciemos el tema que nos atañe el día de hoy.
En una conversación planteada hace no mucho tiempo con una persona que aprecio mucho, la cual fue el insumo principal para esta columna, me he planteado una crítica reflexiva sobre el discurso geopolítico occidental, destacando la inconsistencia y la hipocresía que a menudo lo caracteriza. A través del ejemplo de la Guerra de Ucrania, y como esto ha afectado la posición de Colombia en el mundo
Finalizada la guerra fría se ha desarrollado un discurso hegemónico que ha controlado en gran medida la sociedad occidental en este caso las naciones que vivimos en la órbita de Estados Unidos y sus naciones aliadas han subyugado a las demás naciones del globo a solo creer un tipo de discurso, ¿este se basa en que podemos comer?, ¿quiénes son nuestros amigos?, cuando alguien es nuestro enemigo?
Esta premisa nace de un análisis en medios y de la historiografía no muy lejana como desde Noriega, pasando por Gadafi, Sadam, llegando a Bukele, o el mismo Putin, el régimen ha cambiado de los mejores amigos de la democracia, a los dictadores más terribles del planeta, dejando a tras cualquier sistema de valores basándose en puro y duro interés a la hora de tomar decisiones dejando a tras cualquier tesis idealista del sistema internacional.
Esta arquitectura internacional se ha desarrollado, desde la terminación de la segunda guerra mundial con la creación de las instituciones que han dado vida al sistema internacional que hoy conocemos, lo que ha cimentado un discurso muchas veces falso ¿Es muy fácil de comprobar vamos por la calle a preguntarle a cualquier adolescente poco entusiasta de los fenómenos actuales quien gano la segunda guerra mundial?
Más de mitad de los jóvenes contestarían que la segunda guerra mundial la gano Estados Unidos, al igual que la guerra de Vietnam, es sorprendente el poder de un imperio como es el estadounidense o en resumidas cuentas los aliados occidentales los cuales si no ganan las guerras produce películas, creando un discurso paralelo una distopía donde ellos siempre salen como los buenos.
Por esta razón para tener un contexto global y no manipulado de la dinámica global, toca hacer un análisis un poco más exhaustivo, ya que podemos caer un maniqueísmo vulgar de tildar algo malo porque si, o de colocar algo malvado por la influencia de un modelo de consumo que se basa en un capitalismo que es mucho más práctico que invasiones o regímenes de terror, ya que solo con un mensaje bien dirigido se puede hacer maravilla para cambiar la imagen.
El caso de Ucrania
Veamos un ejemplo a continuación en la Guerra de Ucrania operación especial o como quieran llamarlo dependiendo del bando que se apoye en el conflicto al inicio de las hostilidades Vlodomir Zelensky se estructuraba como el nuevo Winston Churchill mundial, un hombre que encabezaba sus tropas desde el frente que era el faro de esperanza y apoyo a un pequeño país desprotegido atacado por una horda bárbara del sur del continente, curiosamente poco salía de los privilegios de las elites ucranianas, de la corrupción y de la falta de libertad de prensa, cada vez que una empresa tenía sede en Rusia era boicoteada, colaboracionistas, cada país de la OTAN apoyo simbólicamente la entrada al tratado, la Unión Europea le abrió las puertas, prácticamente no apoyar a Ucrania era un sacrilegio internacional o social durante el inicio del conflicto.
Aunque las medidas adoptadas en contra de Rusia tenían una misión primordial que eran acabar la economía rusa en el menor tiempo posible esta misión fue imposible, ya que desde los países y las empresas vieron que esto era una epopeya, ya que un mundo tan interconectado es imposible desconectarse tan fácilmente, de esta manera el discurso fue cambiando de manera muy rápida tratando de esquivar las sanciones de la manera menos visible
Las empresas se dieron cuenta de que la epopeya de salir de un mercado de 300 millones consumidores con un alto poder adquisitivo, no era tan fácil como pensaba, los países de la Unión Europea prácticamente se hicieron un harakiri, a la hora de cumplir lo prometido, ya que tuvieron que conseguir materias primas al doble o triple del precio que Rusia se las ofrecía, los arsenales de muchos países comenzaron quedar vacíos, la clase media tuvo que comenzar a pagar precios excesivos por la energía, el mismo, Estados Unidos que aplaudía cada movimiento de su protegido vio que esto podría costarle caro, con unos niveles de endeudamiento que no eran viables mantener a corto plazo.
Esto dio como resultado que se tuviera que buscar una salida al famoso Zelensky, el que era un genio militar que iba a dividir a Rusia, comenzó a tener culpa de las decisiones militares, de enviar a millones de ucranianos al matadero, comenzó a hacer una sangría institucional, con la cantidad de casos de corrupción que salían a luz pública, comenzando a ver a los rusos más como un enemigo una salida a un problema creado este problema.
Aunque las toldas iban cambiando la necesidad de seguir con el discurso bélico seguía, de esta forma mientras el apoyo se erosionaba lentamente, los ucranianos se involucraban más en una guerra, que no tendría sentido, ya que la correlación de fuerza hacía imposible que Ucrania acabara con Rusia y los rusos se iban posicionando, aprendiendo de sus errores y aprendiendo a vivir en un mundo donde están sancionando, Ucrania entro en un juego de desgaste donde.
Este conflicto que para muchos fue pintando como el débil contra el fuerte, en realidad es algo más profundo un cambio de discurso, el cual es planteado por las potencias que están fuera de la órbita occidental, como un claro desafío al discurso ejemplificado arriba, las cuales cada vez quieren más influencias y se ven en capacidad de obtenerla algo que no necesariamente es malo, ya que todas las naciones del mundo tienen sus intereses, pero es importante que las naciones en desarrollo que tienen un poder más limitado de decisión tenga la posibilidad de elegir un bando más conveniente y no quedar cerrado siempre al discurso hegemónico occidental
La posición colombiana
Colombia siempre ha sido un país posicionado por su cercanía geográfica a las potencias occidentales, lo que da como resultado que muchas de las políticas puestas en práctica en esta nación, tengan que ver con designios extranjeros muchas veces no muy beneficios, no ha existido un gobierno que se aleje de estas ideas por más independiente que tilde, de esta manera en la situación actual Colombia puede aprovechar el deterioro del discurso Occidental para buscar una camino alterno.
Como se intentó en pasado como con posiciones neutrales de esta manera poder tener unos objetivos más ambiciosos de política exterior y de esta manera, desarrollar una política internacional que tenga como objetivo el bienestar para los Colombianos, no solo la complacencia con los países occidentales considerados aliados.
Sería alocado en un futuro unirse a la ruta de la seda, patrocinada por china o buscar aprovechar la posición geográfica o la órbita geoespacial un recurso invaluable en las comunicaciones, estos y muchos más proyectos quedarían abiertos si no estuviéramos cerrados en la posición geopolítica
En conclusión, Este corto texto invita a cuestionar las narrativas hegemónicas, promoviendo un análisis más crítico y una búsqueda de alternativas en la arena internacional. La conclusión plantea la necesidad de que los países en desarrollo, como Colombia, busquen un espacio más equitativo en el escenario mundial, tomando decisiones que beneficien directamente a sus ciudadanos en lugar de seguir alineados automáticamente con las potencias occidentales.
Columa de Opinión
Jorge Luis Téllez Báez
Abogado Especialista en Derecho administrativo
Profesional en Gobierno y relaciones internacionales
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