Nuevamente los “maestros”, -aunque la palabra “maestro” resulta demasiado honorable para referirse a los sujetos que durante años han instrumentalizado a nuestros hijos a fin conseguir sus propios beneficios-, salen a las calles a marchar, en un paro indefinido, afectando a millones de niños en todo el país, supuestamente, en contra de una reforma educativa que ellos mismos propusieron.
Refieren que su molestia con el proyecto de ley se genera por la presunta “privatización de la educación”, lo cierto es, que lo que más les incomoda es la modificación realizada en el Senado de la República, en donde se incluye, la necesidad de evaluarles su labor como “docentes”, ya que se les obliga a generar un mejor trabajo para con sus educandos.
De esta forma, queda nuevamente en evidencia, que los docentes de fecode, nunca estarán conformes con los salarios y demás beneficios extras, que reciben por su trabajo, los cuales como bien se observa, se han incrementado ostensiblemente, gracias a los alumnos que instrumentalizan de forma constante para sus marchas; de igual manera, se visualiza una vez más, que lo importante para los educadores de esta agremiación, no son los alumnos, sino los beneficios económicos o de otra índole, que pueden obtener mediante el sacrificio de sus estudiantes.
En principio, creíamos los Colombianos, que, su lucha era realizada en beneficio del pueblo, especialmente de los educandos; sin embargo, a través de los años hemos podido constatar, que, los únicos beneficiados, han sido los docentes, ya que los alumnos continúan recibiendo una educación paupérrima, de mala calidad, lo cual se ve reflejada en los programas de evaluación internacional de alumnos, como el realizado por la OCDE, más conocida como pruebas “PISA”, en las que nuestros hijos suelen ocupar siempre, los últimos puestos a nivel internacional.
Es triste, que una profesión tan importante y loable como es la docencia, a la que todos, de una u otra forma un día admiramos y hasta quisimos tomar como modelo de vida al educador, haya perdido la honorabilidad y solo se utilice como instrumento más de unos pocos, para alcanzar sus fines personales.
Mas triste resulta saber, que los políticos cobardes de turno, poco o nada les interese tomar cartas en el asunto y organizar legamente esta valiosa profesión, al parecer les da miedo enfrentar a los docentes, quienes siempre nos amenazan, con dejar de dictar clases de manera indefinida, sin importarles el daño que causan a las personas mas indefensas de la sociedad, como lo son los niños, las niñas y los adolescentes; sin embargo, aunque dejan de dictar sus asignaturas durante sus protestas o paros, al término de las mismas, sin que hayan trabajado y sin merecerlo, salen en bandadas a cobrar sus honorarios, como si los hubieran ganado honradamente.
Quiero aclarar, que los colombianos, no estamos en contra de la excelente remuneración que reciben los profesores de fecode, incluso creeríamos que podría ser mayor; pero lo que jamás compartimos, es la forma cobarde, abusiva e infame, como instrumentalizan a nuestros hijos en sus marchas, solo para conseguir sus fines personales, llegando al punto de manipularlos y convertirlos en enemigos de la sociedad de la cual dependen.
Columna de opinión
ORLANDO BASTO TRIANA
Capitán de la Reserva de la Fuerza pública
Abogado especializado
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