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FIN DE UN GOBIERNO QUE NUNCA INICIÓ

Silverio Herrera opinion

Gustavo Petro llegó al poder con la promesa de un cambio histórico. Se vendió como el líder que rompería con el pasado, eliminaría la corrupción y transformaría el país, que reduciría la violencia y logaría la tan anhelada paz. Dos años y medio después, su gobierno no solo ha fracasado en cumplir esas promesas, sino que ha demostrado una incapacidad absoluta para gobernar. En lugar de liderar, se ha dedicado a victimizarse, a culpar a terceros por sus errores y a generar caos institucional. Su administración será recordada no por lo que hizo, sino por lo que nunca logró iniciar.

 

Un gobierno sin rumbo desde el primer día

 

Desde el 7 de agosto de 2022, quedó claro que Petro no tenía un plan real y verdadero para gobernar. Su discurso inaugural fue un cúmulo de promesas ambiciosas sin una hoja de ruta clara. La improvisación ha sido la constante: ministros que entran y salen, reformas que nunca llegan a buen puerto y un presidente más enfocado en sus redes sociales que en gobernar, un presidente que ha querido gobernar desde la red social X en su inseparable móvil celular.

 

Las expectativas eran altas: reformas a la salud, pensional y laboral; un modelo económico más equitativo; un país en paz con sus grupos armados. Sin embargo, lo que Colombia ha visto es lo contrario. Las reformas se han convertido en campos de batalla entre el gobierno y el Congreso, la economía se ha debilitado con la caída de la inversión extranjera y ni hablar de la violencia, ya que esta sigue desbordada, con secuestros y extorsiones cada día más en aumento, unos grupos terroristas que se han multiplicado y llegado a zonas donde nunca habían estado, generando una percepción de inseguridad cada vez mayor.

 

Cronología de la corrupción: un gobierno manchado desde el inicio

 

El petrismo llegó con la bandera de la transparencia, pero su administración ha estado marcada por escándalos de corrupción desde su primer año.

 

Noviembre 2022: El caso de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) revela desvío de fondos en contratos para atender emergencias. Se destaparon sobrecostos y pagos irregulares a contratistas aliados del gobierno.

 

Marzo 2023: Se filtran audios de Armando Benedetti, exembajador en Venezuela, donde menciona la entrada de dineros irregulares a la campaña de Petro en 2022. Aunque el gobierno minimizó el escándalo, el caso sigue sin aclararse, pero cada día le salen más aristas.

 

Julio 2023: Nicolás Petro, hijo del presidente, es capturado y procesado por recibir dineros ilícitos para la campaña de su padre. El caso se vuelve un golpe demoledor para la imagen de transparencia del gobierno, pero este impacto ha sido minimizado desde la llegada de la nueva fiscal general.

 

Enero 2024: Se destapa el escándalo de corrupción en la Aeronáutica Civil. Investigaciones revelan contratos amañados y presiones indebidas por parte de funcionarios cercanos al gobierno.

 

Abril 2024: Explota el escándalo en el Ministerio de la Igualdad, liderado por Francia Márquez. Se denuncia mal manejo de recursos y la falta de ejecución de proyectos para las comunidades vulnerables, esto aparte de que este naciente ministerio se rajo en ejecución.

 

Agosto 2024: Petro intenta desviar la atención de los escándalos con una propuesta de Constituyente, pero la respuesta es negativa incluso entre sectores de izquierda.

 

Enero 2025: La Fiscalía avanza en investigaciones sobre la compra de votos en la campaña presidencial, dejando en evidencia más irregularidades en la elección de Petro.

 

Para no extendernos tanto ya que el rosario es grande solo mencionaremos entere otros casos el reciente caso de papa pitufo y su incidencia en la corrupción y el contrabando, un tema que aún no ha sido revelado por completo pero dice ser peor que La UNGRD, en INVIAS. Cada uno de estos casos ha desgastado la imagen del gobierno y ha demostrado que el petrismo no era una alternativa al clientelismo y la corrupción, sino una continuación de las peores prácticas políticas.

 

Un cambio que nunca llegó

 

Las cifras hablan por sí solas. La reforma a la salud fracasó, la educación pública enfrenta crisis constantes, la seguridad ha empeorado y el desempleo sigue sin solución. Las promesas de acabar con la corrupción quedaron en el papel, mientras la impunidad reina en las altas esferas del gobierno.

 

El fin del mandato de Gustavo Petro se acerca (de no generar una estrategia para perpetuarse en el poder, OJO, hay rumores), y con él, el cierre de un gobierno que nunca arrancó, que solo dejó frustración y que traicionó a quienes confiaron en él. La gran pregunta ahora es si el petrismo intentará mantenerse en el poder, a pesar de su fracaso, o si el país finalmente dará vuelta a la página en 2026.


Columna de Opinión

Silverio Jose Herrera Caraballo

Abogado, comunicador, asesor, consultor, analista e investigador en seguridad, convivencia ciudadana y orden público.

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