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La fórmula secreta para el éxito de Colombia

Foto del escritor: La Reacción Prensa La Reacción Prensa

Actualizado: 8 ene 2024


La fórmula secreta para el éxito de Colombia

Cuando me senté a escribir la columna de hoy, en este lunes 23 de octubre de 2023, tuve una tentación casi irresistible de adentrarme en el terreno de las elecciones próximas que se avecinan en nuestro país. No obstante, decidí resistir la seducción de esta fruta prohibida, ya que el propósito de este pequeño rincón de reflexión es crear conciencia sobre lo que aún necesitamos mejorar y a dónde debemos dirigir nuestros esfuerzos como nación. Prefiero evitar las discusiones estériles que, en estos momentos, carecen de utilidad.


Hubo un país llamado Colombia


En algún punto de la historia, existió un país llamado Colombia que contaba con una ubicación geográfica envidiable para el comercio. Abundantes recursos naturales ofrecían la posibilidad de una vida cómoda y un capital humano de excelencia se traducía en una nación llena de emprendimientos y empresas, prometiendo así una sólida estabilidad económica.


Pero, tristemente, este cuento de hadas no tiene un final feliz. Nos vemos obligados a mirar hacia atrás en el tiempo para encontrar los vestigios de ese esplendor prometido, lo que nos lleva a formular una pregunta inquietante: ¿acaso nuestro llamado a desempeñar un papel relevante en la historia universal ya ha pasado? ¿Estamos condenados a ser simples pseudo colonias de las potencias de turno?


¿De quién es la culpa?


La interrogante es quién o qué tiene la culpa de que ese cuento de hadas nunca se haya materializado. ¿Serán los líderes, quienes, aparentemente, están más preocupados por mantenerse en el poder que por el bienestar del país? ¿O acaso la culpa recae sobre los propios colombianos, quienes parecen haber adoptado un espíritu masoquista y apático, soportando sin chistar los continuos escándalos que nos azotan? Muchos culpan a la historia, señalando que la colonización trajo consigo pobreza, hambre y desolación en lugar de prosperidad. En realidad, existen innumerables razones que explican la crisis en Colombia, desde la eterna dicotomía política hasta la búsqueda de chivos expiatorios externos. Pero culpar no nos lleva a ninguna parte.


Es hora de dejar de buscar culpables y, en su lugar, superar nuestras diferencias. Es momento de empezar a construir el país que realmente merecemos y que legaremos a las generaciones venideras. La fórmula secreta para el éxito, aparentemente el secreto mejor guardado en nuestro país, es algo que nuestros líderes parecen incapaces de aplicar.


La fórmula del éxito


Hace muchos años, un presidente liberal nos prometió que "comercializaríamos con el mundo". Hoy en día, nuestra capacidad logística para competir a nivel global sigue siendo limitada. La solución podría estar en el apoyo a los emprendimientos locales y al comercio de barrio, en lugar de depender exclusivamente de las grandes cadenas y marcas. Si nuestros líderes comprendieran la importancia de esto, podrían impulsar medidas proteccionistas para fortalecer la economía local.


Colombia debe alejarse de su dependencia en la extracción de recursos naturales y avanzar hacia una economía basada en la innovación y el valor agregado. Un sistema educativo obsoleto y la falta de énfasis en la innovación han convertido a nuestra juventud en meros engranajes de sistemas de producción, perpetuando la idea de ser una nación de segunda clase.


El desafío logístico


Colombia enfrenta desafíos logísticos significativos. La falta de ríos navegables y la ausencia de un sistema ferroviario eficiente dificultan el transporte de mercancías de un extremo del país al otro. Somos una de las pocas naciones que desmanteló su sistema ferroviario, mientras que potencias como Estados Unidos lo conservaron, otorgándoles una ventaja estratégica que nosotros, lamentablemente, no apreciamos. Además, nuestros puertos carecen del calado necesario, lo que limita nuestro acceso al mercado internacional. Mejorar nuestra infraestructura logística es esencial para abrir las puertas del país al comercio global.


La creciente desigualdad


Finalmente, no podemos pasar por alto el problema de la desigualdad en Colombia. Mientras persista el individualismo crónico entre los colombianos y los gobernantes, la construcción de una nación unida seguirá siendo un desafío. Superar este obstáculo es esencial para convertirnos en una verdadera nación. Ya que nuestra historia se ha basado en las desigualdades e individualismo para que no están encaminadas al bien común,


En resumen, Colombia posee un potencial inmenso para alcanzar el éxito, pero ello exige cambios significativos en la mentalidad de los líderes y los ciudadanos, así como mejoras en la infraestructura logística y la igualdad. La fórmula secreta para el éxito radica en la unidad y la inversión en el desarrollo local. Solo cuando abandonemos la búsqueda de culpables y nos centremos en construir un futuro mejor, veremos florecer a nuestra nación.


Para finalizar se podría aglutinar las ideas anteriormente dichas en la siguiente conclusión de cierre Colombia, con su ubicación estratégica, sus recursos naturales y su talento humano, tiene todos los ingredientes necesarios para convertirse en una nación exitosa. Sin embargo, a lo largo de la historia, nos hemos encontrado con obstáculos que nos han impedido alcanzar nuestro pleno potencial. La culpa no recae únicamente en los líderes o en los ciudadanos, ni en la historia misma, sino en la falta de unidad y visión compartida.


La fórmula secreta para el éxito radica en la colaboración y la inversión en el desarrollo local. Apoyar a los emprendedores locales y promover el comercio de barrio es un primer paso. También debemos avanzar hacia una economía basada en la innovación y el valor agregado en lugar de depender en exceso de la extracción de recursos naturales.


El desafío logístico es un obstáculo que debemos superar, mejorando nuestra infraestructura de transporte y logística. Además, es fundamental abordar la creciente desigualdad, promoviendo la unidad y el bienestar de todos los colombianos.


En última instancia, la verdadera fórmula del éxito para Colombia es la unidad, la colaboración y el compromiso con el desarrollo sostenible. Dejemos de buscar culpables y comencemos a construir un futuro mejor. Solo cuando trabajemos juntos y miremos hacia adelante con una visión compartida, veremos a nuestro amado país florecer en todo su esplendor. La promesa de Colombia está ahí, al alcance de nuestras manos, si decidimos unirnos y trabajar juntos para alcanzarla.


Columa de Opinión

Jorge Luis Téllez Báez

Abogado Especialista en Derecho administrativo

Profesional en Gobierno y relaciones internacionales



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