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La Política Criminal en Colombia ¿Desafio o Desinteres?

Actualizado: 8 ene


La Política Criminal en Colombia ¿Desafio o Desinteres?

La política criminal en Colombia es un tema de relevancia fundamental en el contexto del Estado de derecho y la construcción de una sociedad justa y segura. La política criminal se refiere al conjunto de estrategias, normativas y prácticas implementadas por el Estado para abordar la delincuencia, el castigo de los infractores y la prevención del crimen. En Colombia, este tema ha sido objeto de debate y reflexión constante debido a la complejidad de los desafíos que enfrenta el país en materia de seguridad y justicia. Uno de los desafíos más evidentes en la política criminal colombiana es la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.


Colombia ha experimentado décadas de violencia relacionada con el tráfico de drogas, lo que ha tenido un impacto significativo en la sociedad y en la estructura de sus instituciones. La respuesta del Estado ha sido en gran medida de carácter punitivo, con la persecución y sanción de los actores criminales a través de la acción de las fuerzas de seguridad y del sistema de justicia penal. Si bien esta estrategia ha tenido algunos éxitos en la desarticulación de organizaciones criminales, también ha generado desafíos en términos de derechos humanos y acceso a la justicia.


Un aspecto crítico de la política criminal es la necesidad de abordar la desigualdad social y económica como un factor determinante en la comisión de delitos. La desigualdad en Colombia es un problema persistente y un factor de riesgo para la delincuencia. La falta de oportunidades y la exclusión social pueden llevar a individuos a la criminalidad como una opción desesperada. Por lo tanto, cualquier estrategia efectiva de política criminal debe contemplar la reducción de la desigualdad como una prioridad.


Otro desafío importante es la corrupción en el sistema de justicia y la impunidad que prevalece en muchos casos. La falta de confianza en las instituciones de justicia y la percepción de que los delincuentes, especialmente aquellos con poder o influencia, pueden eludir el castigo, socava la efectividad de la política criminal. Es fundamental que el Estado colombiano trabaje en la fortalecimiento de sus instituciones y en la promoción de una justicia imparcial y equitativa.


En el ámbito de la prevención del delito, es esencial que la política criminal incluya estrategias de carácter social y educativo. La inversión en programas de prevención que aborden las causas subyacentes de la delincuencia, como la falta de educación, el desempleo y la exclusión social, es crucial para reducir la criminalidad a largo plazo. Además, la promoción de la cultura de la legalidad y el respeto por los derechos humanos son aspectos clave en la prevención del delito.


La reforma del sistema de justicia penal en Colombia es un tema recurrente en el debate sobre la política criminal. La transición hacia un sistema acusatorio y adversarial ha sido un avance importante, pero aún se requiere un mayor fortalecimiento de las capacidades institucionales, la capacitación de los actores judiciales y la agilización de los procesos judiciales para garantizar un acceso efectivo a la justicia.


Para abordar estos desafíos, es fundamental adoptar un enfoque integral que combine medidas punitivas con estrategias de prevención, promoción de los derechos humanos y fortalecimiento institucional. La construcción de una política criminal efectiva en Colombia es un proceso continuo que requiere la colaboración de múltiples actores, la participación ciudadana y un compromiso constante con la justicia y la seguridad en beneficio de toda la sociedad.


Columna de Opinión

Khalid Velasco

Analista Jurídico

Gerente general de Avanti Abogados SAS


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