La corrupción y el descaro del gobierno Petro no tiene límites, cada semana aparece una nueva situación que supera a la anterior, de las que solo se vislumbra su total incapacidad para gobernar y la rampante corrupción de algunos de sus funcionarios, quienes al parecer, carecen o no les interesan los supuestos ideales políticos que profesan y solo buscan apoderarse de los dineros de nuestros impuestos.
Sin embargo, para quienes hemos seguido la nefasta carrera del guerrillero de presidencia, no es más que la materialización de un desenlace lógico, que en palabras de Gabriel García Márquez, serían como “las crónicas de una muerte anunciada”, puesto que ya habíamos observado su inoperancia e incompetencia durante su permanencia en la Alcaldía de Bogotá, donde también utilizo la compra de algunos vehículos de aseo, que sin usarse y terminaron podridos en diferentes parqueaderos de la ciudad.
No obstante, y pese a ser clara la injerencia de Petro en ese desastre económico, las autoridades correspondientes, no aplicaron las sanciones del caso, permitiéndole continuar con sus actuaciones, lo que conllevo, a que hoy, (de forma fraudulenta, según se advierte de las pruebas mostradas en los medios de comunicación) sea el presidente del país y haya nombrado en sus carteras a algunos bandidos, como Olmedo López, quienes conformaron claramente con sus amigos un “concierto para delinquir” logrando el robo de una suma cercana al BILLON DE PESOS.
Sin embargo, los colombianos sabemos que, aquí, nada pasara, las investigaciones se abrirán para calmar a la prensa, a los ciudadanos que protestan en las redes sociales y al final del día, los denunciantes y testigos se compraran, se olvidaran o desaparecerán, lo que terminara con las investigaciones o si es del caso, terminaran profiriendo unas condenas insignificantes dentro de unos 10 o 15 años, en contra de algunos funcionarios que nada tenían que ver con el hurto del dinero, cuando Petro haya terminado su gobierno y desplumado por completo al país.
En nuestro país es tan compleja la administración de justicia, que Incluso la Corte Constitucional, parece estar de lado de Petro, puesto que, pese a que advirtieron las irregularidades generadas con la creación del “ministerio de la Igualdad” le permitieron continuar con sus actividades, desconociendo por completo el principio de legalidad, púes aunque dejan sin efectos la ley que lo sustenta declarándola INEXEQUBLE, difirieron los efectos de la inexequibilidad, por el termino de dos (2) legislaturas, esto es, por dos años, lo cual les permitirá tomar presupuesto del erario y hacer con él, lo que les venga en gana, sin que nada pase al respecto.
De igual forma sucederá con las supuestas investigaciones que hoy cursan en conta de Petro, en la Cámara de Representantes, donde poco o nada hacen al respecto, permitiéndole al guerrillero terminar su mandato, lo cual resulta concordante con los chismes de pasillo y algunos pronunciamientos visibles en las redes sociales, donde se dice, que el gobierno Petro enmérmelo a muchos de estos políticos para que las investigaciones en su contra no avancen y le aprueben sus reformas. No creemos en la administración de justicia en Colombia
Lo cual en el sentir del suscrito merece credibilidad, si tenemos en cuenta la forma descarada como se aprobó la reforma pensional en cámara, donde no se realizó el más mínimo debate, solo se genero un documento en el que supuestamente se aprobó todo lo que en senado de la república se había aprobado y en una simple votación se le otorgo vida jurídica, desconociendo por completo a los congresistas que no estaban de acuerdo con el tema.
Y ni que decir con las investigaciones penales que se adelantan en contra del hijo de Petro, las cuales se frenaron con el nombramiento de la nueva fiscal, incluso, se supo que el fiscal del caso fue removido y se le inicio una acción legal, con lo cual podrán sancionarlo y terminarle su trabajo, mientras que el verdadero delincuente terminara libre de todos los cargos, incluso demandando al estado para que lo indemnicen.
De esta forma, queda demostrado que, en Colombia, reina la impunidad y la corrupción, lo que nos genera la necesidad de realizar una verdadera revolución a fin de remover a todos los funcionarios corruptos, sin importar su corriente política o a la rama del poder publico a la que se encuentren adscritos, de esta forma, lograríamos un país próspero, donde el futuro de nuestra decendencia este asegurado.
Columna de opinión
ORLANDO BASTO TRIANA
Capitán de la Reserva de la Fuerza pública
Abogado especializado
Comments