
Durante más de una década y para nadie, es un secreto que los actuales mandatarios municipales le apuestan a un círculo cerrado para administrar, desde la elección del director del Hospital, hasta el personero municipal. Codazzi nunca ha sido ajena a esta problemática corrupta disfrazada, en donde vemos que, desde la corporación del concejo, se negocia el voto positivo para elegir al personero, en donde hemos visto cómo compran la universidad encargada para el concurso y donde la meritocracia es sola la palabra.
Hoy salen paladines a hacer oposición a la actual administración y está bien es el rol y juego de la democracia en Colombia, pero que no se nos olvidé que en el pasado fungimos y fuimos partícipes de la corrupción que hoy estamos viendo y viviendo, no se puede tapar el sol con las manos como la vez que se impuso a un personero sin tener el mérito para el cargo y fuimos el hazmerreír del departamento por la odisea de dicha elección.

En el municipio nos conocemos está novela de la elección del personero con muy malos actores y pésimos antagonistas, como codacense que soy invito a toda la comunidad a que no caigamos en el populismo aferrimo de quién se cree la alternativa para salir adelante en los próximos comisiós electorales y mucho menos en la demagogia de quien nos quiere hacer creer que todo estara bien. ¿Somos oposición o le jugamos a la ventriloquia?
No podemos olvidar tampoco que quienes hoy gritan y se dan golpe de pecho ante una comunidad desde el concejo municipal como oposición también fueron partícipes de un bienestar y prosperidad para una sola persona.
¿Somos oposición? Y lo digo porque es bueno hacer oposición, pero que vaya fundamentada en crítica al mal manejo administrativo municipal, que sus denuncias sean certeras y que la veeduría sea su arma para mostrarnos lo mal que están haciendo. La ventriloquia no es buena y menos cuando fuimos del sobaco de quien desangró al municipio.
Columna de Opinión
Alvaro Ariza Villadiego
Analista político y social
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