PRIMERO FUE EJÉRCITO QUE REPÚBLICA 7 DE AGOSTO DÍA DEL EJÉRCITO NACIONAL
- La Reacción Prensa

- 7 ago
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Cada 7 de agosto, Colombia detiene el reloj de la cotidianidad para mirar con respeto, orgullo y gratitud hacia uno de los capítulos más sublimes y determinantes de su historia: la Batalla de Boyacá. Esta no fue solo una confrontación militar; fue el acto final de una gesta heroica que selló la independencia de Colombia y abrió el camino para la libertad de otras naciones hermanas como Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.
Hace 206 años, un puñado de valientes patriotas, guiados por el genio militar de Simón Bolívar, se enfrentaron en las llanuras del Puente de Boyacá a un ejército realista disciplinado y mejor armado. Lo que estaba en juego no era solo el control de un territorio, sino el futuro de un continente entero. Con coraje, estrategia y determinación, esos soldados sellaron el nacimiento de una nueva nación. Y fue allí, en ese cruce de caminos, donde nació simbólicamente el Ejército Nacional de Colombia, una institución que precedió incluso a la misma República.
Primero fue Ejército que República.
Esta frase, profunda y certera, sintetiza la realidad histórica de un país que debe su existencia al valor de sus soldados. Desde aquel 7 de agosto de 1819 hasta nuestros días, el Ejército Nacional ha sido el guardián silencioso de la soberanía, la libertad y la integridad del territorio colombiano.
Un ejército con herencia libertadora
No se puede hablar de historia republicana sin mencionar al Ejército Nacional. Desde las guerras de independencia, pasando por las guerras civiles del siglo XIX, hasta las complejas amenazas del siglo XX y XXI, siempre ha estado presente: firme, leal, dispuesto al sacrificio.
Los soldados de ayer marchaban a pie descalzo, con fusiles antiguos, guiados por el ideal de una patria por nacer. Los de hoy, aunque equipados con tecnología moderna, mantienen ese mismo espíritu: la vocación de servir, el compromiso con la bandera, y el honor de defender a los colombianos sin importar las circunstancias.
Los héroes del presente
Hoy, en cada rincón del país, desde las cumbres nevadas de Nariño hasta las selvas espesas del Guaviare, los hombres y mujeres que integran el Ejército Nacional cumplen su misión con abnegación. Lo hacen en medio de dificultades, lejos de sus familias, y muchas veces sin el reconocimiento que merecen. Pero siguen ahí, fieles a su juramento, firmes en su propósito.
Son ingenieros que reconstruyen caminos, médicos que atienden comunidades remotas, rescatistas que salvan vidas en desastres naturales, y soldados que enfrentan amenazas visibles e invisibles para mantener en alto el estandarte de la paz.
Una deuda con los veteranos y reservistas
En este día no podemos olvidar a quienes han pasado por las filas y hoy forman parte de la reserva activa y pasiva. Veteranos que entregaron lo mejor de su vida en defensa del país. Muchos llevan cicatrices visibles y otras invisibles que el tiempo no borra. A todos ellos, nuestra admiración y eterna gratitud. Son parte esencial de esta historia gloriosa que no se escribe solo en libros, sino en el corazón del pueblo colombiano.
Más que una institución, un símbolo nacional
El Ejército Nacional no es solo un cuerpo armado. Es el reflejo del espíritu de resistencia, de unidad, de lucha por el bien común. Representa los más altos valores de nuestra sociedad: la disciplina, el respeto, la solidaridad, el sacrificio y el amor por la patria. En tiempos de paz o de conflicto, de progreso o incertidumbre, su presencia ha sido una constante. No ha habido un solo periodo de nuestra historia republicana sin la huella de un soldado colombiano dispuesto a darlo todo.
Un llamado a la memoria y al respeto
En la actualidad, resulta doloroso ver cómo algunos sectores desestiman o atacan a nuestras Fuerzas Militares, olvidando que sin ellas, hoy quizás no tendríamos democracia, ni elecciones, ni libertad de opinión. No se trata de idealizar, sino de reconocer. El Ejército no pertenece a un gobierno de turno, pertenece al pueblo colombiano, a su historia y a su futuro.
Hoy más que nunca, debemos cerrar filas en torno a quienes nos protegen, a quienes han vestido y visten con orgullo el uniforme de la patria. Reconocer su labor no es un gesto político, es un deber moral.
En este 7 de agosto, levantemos la voz para rendir homenaje a los héroes de Boyacá y a los miles de soldados que, desde entonces hasta hoy, han dado su vida, su tiempo y su corazón por Colombia. A todos ellos: ¡gracias!
¡Feliz Día del Ejército Nacional
Primero fue Ejército que República.
Patria, Honor, Lealtad.
LA VENTA DEL VETERANO
Columna por Silverio Jose Herrera Caraballo.








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