top of page
Logo de la reaccion prensa

ARTILLERIA COLOMBIANA: DEBER ANTES QUE VIDA

Artillería del ejército de Colombia

Hay fechas que no pasan desapercibidas, efemérides que no son simple tradición sino memoria viva de una gesta donde el sacrificio no fue opción sino destino asumido con honor. El 4 de diciembre es, para Colombia, Para los hombres y mujeres que portan los cañones cruzados, el día de la Artillería, esa gloriosa arma de la divisa negra, heredera del temple de quienes hicieron posible la libertad. Es el día en que recordamos que hubo hombres que amaron tanto la patria que eligieron consumirse por ella. Entre ellos, el más emblemático, el mártir de San Mateo: José Antonio Ricaurte, quien entregó su vida con la convicción que resume la frase inmortal: “Deber antes que vida.”


Ricaurte no fue solo un oficial valiente; fue un espíritu abnegado que entendía que no hay libertad sin sacrificio, ni nación sin sangre derramada. Aquella mañana del 25 de marzo de 1814, en la hacienda San Mateo, no se trataba de ganar una batalla, sino de impedir que la Independencia se extinguiera bajo el fuego enemigo. Ese día, la Artillería no estaba hecha de cañones: estaba hecha de carácter. Ricaurte, acorralado y sin posibilidad de resistir, aplicó la decisión más grande que puede tomar un soldado: entregar su existencia para salvar la causa patriota. Prefirió morir antes que ver caer a sus compañeros; eligió arder antes que rendirse. Y en ese instante, Colombia fue sembrada con su sacrificio.


Hoy, más de dos siglos después, la Artillería Colombiana honra esa herencia. Los hombres y mujeres que portan la divisa negra (símbolo de sobriedad, disciplina y fuerza indeclinable) son herederos de una mística que no se improvisa. Son soldados que defienden la patria en silencio, muchas veces sin reconocimiento, pero con la certeza interior de que la misión está por encima de cualquier comodidad o interés personal.


Y no están solos: tienen como guía a su patrona, Santa Bárbara, protectora frente a los tormentos, señora del trueno, símbolo de fortaleza ante la destrucción y patrona universal de la artillería. Ella representa la unión de lo sagrado con lo militar; del espíritu con el acero; de la devoción con la pólvora. Es por eso que, al celebrar este día, no solo recordamos la historia, sino que renovamos el sentido íntimo del juramento militar: “La patria no se abandona, se defiende.”


deber antes que vida

La Artillería no es simplemente el arma que maneja los fuegos. Es la que sostiene la moral en los momentos más oscuros, la que resiste sin flaquear, la que se alista sabiendo que el deber no admite excusas. Los artilleros son el escudo de quienes no tienen voz; son la garantía silenciosa de que la República existe. Quienes visten este uniforme entienden la claridad del destino. Ningún artillero se forma para recibir elogios; se forma para dar resultados. El fuego que manejan es poder, pero también responsabilidad. Cada disparo en la historia militar ha cargado con el peso del honor y la verdad: jamás se dispara para destruir, sino para preservar la nación.


Hoy, celebramos a los artilleros que velan por Colombia desde cada Batallón, desde cada batería, desde cada base militar, desde cada punto de frontera, desde cada trinchera invisible donde la seguridad se construye paso a paso. Hombres y mujeres que, como Ricaurte, entienden que la patria se defiende en el acto y no en el discurso. Que saben que la independencia no fue regalo, sino conquista. Que saben que su labor, aunque silenciosa, es esencial.


En este aniversario místico, solemne y cargado de memoria, elevamos un reconocimiento sincero: gracias, artilleros de Colombia, por su lealtad, por su temple, por su disciplina, por mantener vivo ese fuego libertario que no se apagó en San Mateo.


El eco del cañón de Ricaurte aún resuena. Está en cada soldado que abraza el deber. Está en cada colombiano que entiende que la libertad no es comodidad, sino responsabilidad colectiva. Y está, hoy más que nunca, en la divisa negra que recuerda que hay valores tan sagrados que merecen ser defendidos con la vida misma.


Porque, así como Ricaurte, ustedes también llevan el deber antes que la vida.


NOTA DE OPINIÓN José Silverio Herrera Caraballo LA REACCIÓN PRENSA.

Comentarios


bottom of page