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COMO DAVID CONTRA GOLIAT: OXÍGENO SE IMPUSO A LAS MAQUINARIAS POLÍTICAS EN SINCELEJO

Oxígeno juventudes sincelejo

En una ciudad marcada por la costumbre de ver a los mismos apellidos, las mismas maquinarias y las mismas estrategias de siempre, lo ocurrido en Sincelejo en los recientes comicios para la elección del consejo municipal de Juventudes, representa un punto de inflexión en la historia política local. El Partido Oxígeno, con una campaña sencilla, honesta y sin la pesada chequera del clientelismo, logró lo que muchos consideraban imposible: derrotar a los grandes partidos tradicionales que durante décadas habían monopolizado el poder.


No se trata de un triunfo que deba celebrarse con soberbia, sino con gratitud y esperanza y humildad. Porque lo alcanzado no fue producto del azar, sino de un trabajo silencioso, persistente y profundamente ético. En medio de un panorama dominado por el escepticismo ciudadano y la desconfianza hacia la política, el surgimiento de una fuerza como Oxígeno se asemeja al relato bíblico de David contra Goliat: una lucha desigual en la que la convicción, la fe y la transparencia vencieron al poder del dinero y de las estructuras enquistadas, sin dejar de decir que corrupción, si hubo. Eso es lo más triste, que desde ya les dañen la conciencia a los jóvenes.


votaciones sincelejo juventudes

El escenario político sucreño llevaba años repitiendo el mismo libreto. Los viejos partidos (Centro Democrático, Liberal, Cambio Radical, Polo Democrático y otros movimientos tradicionales) se repartían la ciudad como si fuera una finca heredada. Durante décadas, Sincelejo fue testigo de una democracia reducida a favores, contratos y prebendas. Muchos creyeron que nada podía cambiar, que la maquinaria era invencible. Pero este año, esa idea se vino abajo.


Con una campaña austera, limpia y profundamente ciudadana, el Partido Oxígeno se abrió paso sin ruidos, pero con un mensaje contundente: la política puede volver a ser un servicio, no un negocio. Sus líderes, en su mayoría jóvenes comprometidos, demostraron que la coherencia, la honestidad y la cercanía con la gente siguen siendo las armas más poderosas contra el clientelismo.


Fue evidente cómo las viejas maquinarias intentaron mantener su dominio. Volvieron con su repertorio de siempre: compra de conciencias, amenazas veladas, manipulación de votantes y uso indebido de recursos públicos. Se pasearon en camionetas de lujo, repartieron dinero y promesas, pero esta vez el pueblo les cerró la puerta. Lo que se vivió en las urnas fue una muestra de dignidad colectiva, un rechazo rotundo a la corrupción disfrazada de política.


Sí, hubo irregularidades. Nadie puede negarlo. Pero que sean los entes de control y las autoridades competentes quienes determinen las responsabilidades y actúen con rigor. Lo que no se puede permitir es que la frustración o la derrota sirvan de excusa para empañar un logro alcanzado con esfuerzo y transparencia.


votantes asistiendo a jornada juventudes sincelejo

El resultado de Oxígeno en Sincelejo tiene un valor que va mucho más allá de los números. Es una lección moral y democrática para toda Sucre: cuando la ciudadanía despierta, los poderosos tiemblan. Cuando los jóvenes se organizan, los caciques retroceden. Y cuando el voto se hace libre, la democracia se fortalece.


Este proceso no solo deja una victoria electoral; deja una enseñanza para el futuro. Enseña que los cambios profundos se logran desde la participación, la educación política y la transparencia. Que la política puede volver a tener alma, si se construye desde el respeto y la verdad.


Oxígeno se levantó como un símbolo de renovación, demostrando que la fuerza de la gente de a pie puede más que los millones de los de arriba. Su triunfo no fue producto de la improvisación, sino del trabajo constante de hombres y mujeres que creen en el poder de la decencia. Fue la victoria de quienes prefieren construir con ideas, en lugar de destruir con mentiras.


Hoy, Sincelejo respira aire nuevo. Por fin, una generación decidió no ser espectadora, sino protagonista de su destino. La juventud sucreña mostró carácter, inteligencia y compromiso. En cada barrio, en cada comunidad, se sintió el latido de un cambio real. Esa juventud, tantas veces ignorada, se convirtió en el motor de una nueva etapa para la ciudad.


Y desde aquí surge una invitación abierta y sincera: a las juventudes, a las mujeres, a los hombres de bien, a los trabajadores, a los soñadores y a todos los sucreños que creen que el cambio es posible, a unirse al Partido Oxígeno. Este es un movimiento independiente, ciudadano y transparente, que no pertenece ni se subordina a ninguna administración de turno. Su único compromiso es con la gente, con la ética y con el progreso real de nuestra tierra.


Quienes deseen sumarse a esta causa de esperanza pueden hacerlo a través del contacto celular y WhatsApp 323 508 8347, número oficial de la Coordinación Departamental de Sucre del Partido Oxígeno. Porque el cambio necesita manos, voces y corazones comprometidos.


Es importante dejar claro, para disipar los rumores malintencionados que circulan, que el Partido Oxígeno es completamente independiente de la administración del actual alcalde Yahir Acuña Cardales. No existe vínculo alguno entre este proyecto político y el gobierno municipal. Quienes intentan tergiversar esta realidad lo hacen movidos por el resentimiento de la derrota y el deseo de confundir a la opinión pública.


El triunfo de Oxígeno no fue contra una persona, sino contra un sistema. Contra el modelo de corrupción y compra de votos que tanto daño ha hecho a la dignidad de los sucreños. Fue una victoria ética, cívica y ciudadana. Y esa es la razón por la cual debe mantenerse viva: porque lo más difícil no es ganar una elección, sino conservar la coherencia después de haberla ganado.


Silverio Herrera ejerciendo su derecho al voto

Hoy, Oxígeno muestra que sí se puede. Que, con transparencia, trabajo, disciplina y fe, es posible alcanzar los objetivos sin vender los principios. Que no hace falta una maquinaria, sino una causa justa.


Desde Sincelejo, el mensaje es claro: la política puede volver a ser limpia, humana y cercana. Que este ejemplo inspire a todo el departamento y al país, para que los ciudadanos entiendan que el poder del cambio no está en los grandes nombres, sino en la gente que actúa con amor por su tierra.


Porque el cambio no se mendiga, se construye. Y se construye con esperanza, con conciencia y con la certeza de que un aire nuevo está soplando sobre Sucre. Ese aire se llama Oxígeno, y llegó para quedarse.


NOTA DE OPINIÓN

SILVERIO HERRERA C

LA REACCIÓN PRENSA


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