PATALETAS INTERNACIONALES DE UN PRESIDENTE SIN RUMBO FIJO
- La Reacción Prensa
- hace 7 días
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Cuando un jefe de Estado es noticia no por sus decisiones de gobierno, sino por sus desplantes, desapariciones y actitudes erráticas en el escenario internacional, es inevitable preguntarse hacia dónde va el país. Gustavo Petro, presidente de Colombia, ha protagonizado una serie de episodios que, lejos de fortalecer la imagen diplomática del país, la deterioran gravemente.
Las recientes cartas del excanciller Álvaro Leyva no hacen sino confirmar una sospecha cada vez más extendida: el presidente está gobernando a golpe de impulsos, y sus giras oficiales son reflejo de una gestión personalista y errática.
Uno de los casos más inquietantes ocurrió durante su visita oficial a China, en octubre de 2023. Invitado por el presidente Xi Jinping, Petro llegó a Pekín con la promesa de “fortalecer las relaciones bilaterales y trazar un plan de crecimiento en una nueva era”, según comunicó entonces la Cancillería colombiana.
Sin embargo, el viaje pronto se vio envuelto en polémica. Álvaro Leyva, en una de sus recientes misivas, relató que el mandatario insistió en incluir en la agenda el asunto del trazado de la primera línea del metro de Bogotá, tema que ya había sido expresamente descartado por la parte china. Según Leyva, la embajada de China había advertido con antelación que este no era un asunto de Estado y que debía tratarse en un marco técnico y local.
Pese a las advertencias diplomáticas, Petro se empecinó en abordar el tema, causando incomodidad y tensiones innecesarias durante el viaje. Como consecuencia, se produjo una ruptura del protocolo y un desplante que no solo afectó la relación bilateral, sino que dejó en entredicho la seriedad del Gobierno colombiano ante uno de sus principales socios estratégicos en Asia.
Otro episodio lamentable tuvo lugar en Alemania, donde, según el mismo excanciller Leyva, se vivió un momento de profunda vergüenza diplomática. En medio de un acto conmemorativo, Petro pronunció un discurso sobre el Muro de Berlín que, según testigos, desentonó por completo con el contexto del evento. Las autoridades alemanas, visiblemente incómodas, llegaron a expresar al entorno diplomático colombiano la inquietud de que “algo le está pasando a su Presidente”. Este comentario, según relata Leyva, refleja no solo el desconcierto europeo, sino el deterioro de la imagen presidencial en foros internacionales.
Estas no son simples anécdotas, ni se deben a diferencias ideológicas o culturales. Son expresiones claras de un problema de fondo, que pone en tela de juicio el equilibrio emocional, la capacidad ejecutiva y la responsabilidad internacional del presidente Petro. Leyva va más allá en sus acusaciones: en su última carta, incluso habla de desapariciones sospechosas y posibles problemas de salud asociados al consumo de sustancias, y no duda en dirigirse directamente al mandatario con una frase lapidaria: “Señor Presidente, usted está enfermo”.
La gravedad de estas afirmaciones no puede relativizarse por el hecho de que Leyva haya salido del Gobierno en medio de tensiones internas. Que su testimonio esté marcado por resentimientos personales no invalida los hechos relatados. Al contrario: su posición privilegiada como excanciller le otorga una perspectiva única sobre lo que ocurre en la intimidad del poder, y lo que describe no es otra cosa que un patrón de comportamiento reiterado, preocupante y profundamente dañino para la nación.
Es legítimo cuestionar por qué Leyva decide hablar ahora y no antes. Pero más allá del momento, lo que importa es el contenido: Colombia está siendo mal representada ante el mundo. Las giras internacionales no son vacaciones ni escenarios para imponer caprichos personales. Son ejercicios de Estado, y deben ser abordadas con profesionalismo, planificación y respeto por los interlocutores internacionales. Nada de esto parece entenderlo el presidente Petro.
Mientras el país se consume en debates internos, y la gobernabilidad se resquebraja entre escándalos y denuncias, el Ejecutivo sigue operando con una lógica de improvisación permanente. Y las consecuencias, tanto dentro como fuera de Colombia, ya son visibles.
Columna de Opinión: "PATALETAS INTERNACIONALES DE UN PRESIDENTE SIN RUMBO FIJO"
Por Silverio José Herrera Caraballo
LA REACCIÓN PRENSA
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