top of page

EL PRINCIPIO DE UNA DICTADURA EN COLOMBIA

Foto del escritor: La Reacción Prensa La Reacción Prensa

Opinion de William Rojas

Los grandes analistas del mundo político, incluyendo una buena parte de la “elite” intelectual, sectores empresariales, periodistas, dirigentes, parlamentarios, así como de analfabetos políticos de la televisión colombiana y todo el espectáculo de figuras en decadencia, aplaudieron hasta más no poder la elección de Gustavo Petro, al que denominaron el “primer presidente de izquierda” en la historia del país. Afirmación que resalta el cúmulo de ignorancia más atrevida que pueda existir y el desconocimiento de nuestra propia historia sociopolítica, que explica los muy bajos niveles de calificación en las pruebas PISA en educación que obtuvo Colombia durante el año pasado.  


Próximos a cumplir la mitad del mandato del gobierno progresista de Petro, y la cantidad de fracasos, errores y pésimas decisiones que ha tomado, no tienen comparación alguna en la historia reciente de la administración pública. En este punto de la gobernanza, no se puede alegar que sea el “establecimiento” que está en contra de Petro, como bien él repite sucesivamente en todos sus discursos, sino que por el contrario son sus propias acciones temarias las que tienen a Colombia, por ejemplo, en un paupérrimo crecimiento del 0.6% de la economía durante el año 2023 en contraste al crecimiento del 7% durante el 2022. 


Las acciones más recientes, son los colectivos de extrema izquierda, entre ellos sindicalistas, indígenas y grupúsculos urbanos de jóvenes, al servicio del actual gobierno Petro, que atacaron y asediaron de manera directa las instalaciones de palacio de justicia, con banderas del grupo narcoterrorista del M19, como el primer hecho de ruptura institucional al interior del país durante la hegemonía progresista. 


Algunos han hablado de la “legitimación del sistema” democratico en Colombia, al surgir un líder de extrema izquierda como Petro que conquistara la presidencia de la república, sin embargo eso es un absurdo, puesto que el mismo sistema está diseñado para que cualquiera que defienda la nefasta moral jacobina de la modernidad pueda llegar a semejantes cargos con el beneplácito de la comunidad internacional. 


Petro tiene muy claro la carga histórica que representa su lugar en la presidencia, y como firme defensor de la democracia liberal, tal cual lo han hecho muchos expresidentes de por lo menos hace más de cincuenta años, deberá tomar cartas en el asunto para la preservación del propio sistema utilizando estrategias poco incomprensibles, como por ejemplo, el efecto, de que la ONU y la CIDH se inmiscuya en la soberanía judicial de Colombia, en cuanto la elección del fiscal general de la naciòn. 


Para un lector desprevenido, pueda que lo anterior no lo comprenda, puesto que se podrá estar preguntado, cómo es posible decir que Petro siendo de extrema izquierda defienda un sistema de democracia liberal, cuando a este último término, se le ha equiparado a la derecha tradicional y es que mi estimado lector, quiero contarle un secreto que nadie se lo ha dicho, tanto izquierda como derecha son hijas de la misma enfermedad, que es, la democracia republicana de la revolución francesa. 


El sistema político de la democracia liberal está agonizando completamente en el mundo, y el debate no se trata de si llegará su final o no, sino en cuanto tiempo y en qué medida se originara un nuevo sistema que permita verdaderamente recuperar la tradición de un mundo trascendental con mayores oportunidades o que por lo menos pueda garantizar la preservación de los valores más antiguos, que en el fondo es el sentido de bienestar, al que aspiran todas las sociedades del mundo pero dentro de sus orígenes culturales. 


Ya se puede ver atisbos de milicias rurales y urbanas al servicio de nuestro próximo dictador Gustavo Petro, quien al conocer la importancia de su posición, hará hasta lo imposible por reformar el sistema que tanto protege pero a costa de lo que sea con tal de lograr su hegemonía progresista. Pero no la tendrá nada fácil, ya que la institucionalidad en Colombia se ha caracterizado, por autoprotegerse en momentos de crisis del sistema y el resultado será la confrontación abierta de posiciones formales, del jueguito de la gobernanza que caracteriza la representatividad política, entre partidarios y opositores pero que en el fondo son la misma causa de la tragedia actual. 


¿Cuántos nacionalistas estamos preparados para la confrontación que significa defender los cimientos de la familia, de la propiedad, de los valores trascendentales de una tradición de la luz, contra o versus, una nubla oscuridad del sistema que cada día más se pudre en la decadencia moral de la modernidad y que tendrá como protagonistas a todas las facciones políticas de colombia, pero que el final harán un frente común contra nosotros?


La dictadura se avecina estimados lectores, pero la cuestión es si queremos una donde el nefasto progresismo se toma el control de toda la vida social en Colombia, con un alto grado de impunidad, de falta de autoridad, de guerrilla descontrolada y de una criminalidad disparada en donde nuestros hijos serán los sacrificados o por el contrario en una donde se preserve el orden, el espíritu y la tradición de valores inmateriales que pueden regenerar a toda una nación. 


Es momento de sentar posición, o seguimos con este sistema que cada cuatro años cambia de títere sin un objetivo superior o proyectamos un nuevo sistema que aspire a la verdadera grandeza nacional e imperial, repito, el momento es ahora, no bajen la guardia, siempre firmes y siempre adelante.


Posdata: En Colombia han existido presidentes de izquierda, por ejemplo, durante el siglo XIX tenemos el caso de Tomás Cipriano de Mosquera un mason que defendió radicales ideas liberales, que actúo como dictador, socavó la iglesia y promovió el nefasto federalismo en el país que costó miles de vida inocentes. Por otro lado, durante el siglo XX, tuvimos al expresidente Alfonso Lopez Michelsen, fundador del Movimiento Revolucionario Liberal en el cual militaron todos los sectores de la extrema izquierda de la época, incluyendo miembros de la guerrilla del ELN; su periodo es recordado como el “mandato caro” que originó uno de los paros cívicos más grandes de su momento en 1977 por la alta inflación y pésimo manejo de la administración pública ¿Siguen creyendo ustedes que Petro ha sido el único gobernante de izquierda en Colombia? Los invito a leer más historia que escuchar a los iletrados del espectáculo nacional.


Columna de opinión 

WILLIAM S ROJAS. R. 

Estudios en Filosofía, UNAD.

Director General y Jefe de Redacción 

La Reacción | Prensa Digital con Criterio 



Radio Reaccion Stereo

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page