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SEGURIDAD RURAL EN SUCRE UN CLAMOR QUE NO ADMITE MÁS DEMORAS

clamor ganadero

El campo sucreño atraviesa una crisis silenciosa y devastadora. Mientras el humo de los incendios es visible en el horizonte, lo que ocurre en las fincas (en las sabanas, en los potreros, en los corrales) muchas veces solo se conoce cuando ya hay cadáveres de reses, cercas destruidas, despojos de carne o dolorosas pérdidas económicas para los productores. El abigeato, el carneo y la extorsión se han erigido en enemigos cotidianos del ganadero, que ve cómo su patrimonio se esfuma ante la indiferencia o la lentitud de las autoridades.


Recientes noticias lo confirman: “En apenas una semana de septiembre de 2025, 210 bovinos fueron hurtados en Sucre. Dos hechos masivos encendieron las alarmas entre los ganaderos. También se registraron casos aislados de sacrificio de vacas y toros en la zona rural entre Sincelejo y Corozal y otras subregiones, donde la carne ni siquiera es llevada: solo se selecciona la carne pulpa, se descuartiza en los potreros y en ocasiones hasta en los mismos corrales de los predios.”


Ha habido, igualmente, llamados de alerta por la falta de presencia institucional en fincas de territorios alejados, ausencia de patrullajes frecuentes, y demoras en la actuación de la Fiscalía. Ante ese panorama, es imperativo que la seguridad rural deje de ser un tema periférico para convertirse en prioridad estructural, con recursos, talento humano, capacidad de respuesta y compromiso político claro.


DEPARTAMENTO DE POLICÍA

Lo que hasta aquí se ha hecho… y lo que no


En algunas zonas de Sucre ya se han llevado a cabo reuniones entre Ejército, Infantería de Marina, Policía y ganaderos, especialmente en corregimientos como Chochó, San Pedro y San Marcos, para socializar estrategias de prevención del abigeato y carneo. También se ha anunciado que la Policía estableció operativos, patrullajes nocturnos y recompensas para ubicar a los responsables de robos recientes de ganado.


Sin embargo, las medidas hasta ahora resultan insuficientes. Las denuncias crecen, los casos abarcan mayores volúmenes, las zonas afectadas se expanden y la justicia opera con lentitud. También hay evidencia de que no todos los hurtos se denuncian, ya sea por desconfianza, temor o falta de resultados. Ese vacío de denuncias reduce estadísticas, invisibiliza el problema y debilita la respuesta institucional.


¿Qué se debe exigir y hacer con urgencia?


1. Presencia constante de seguridad especializada en zona rural


Es urgente que cuerpos como Carabineros, SIJIN, SIPOL, mejoren la inteligencia y aumenten la presencia policial en el área rural, que incrementen los patrullajes, puestos de control, recorridos nocturnos, verificación en movilidad de ganado y vigilancia aérea o con drones en zonas críticas. Esa presencia no puede ser ocasional, sino sostenida.


2. Plan de inteligencia territorial


Identificar bandas, rutas de movilización de ganado robado, mercados ilegales de carne y lugares de sacrificio clandestino. Mapear los municipios más afectados, priorizar los más vulnerables, coordinar con Fiscalía, Policía y autoridades locales.


3. Mejoras en la cadena de denuncia y judicialización


Simplificar mecanismos de denuncia accesibles en zonas rurales, sin que el ganadero tenga que desplazarse mucho; asegurar la respuesta de la Fiscalía para procesar, judicializar y condenar, evitando que los casos queden archivados indefinidamente; y garantizar la transparencia sobre el uso de los recursos del Fondo de Seguridad y de la sobretasa de energía que supuestamente se recaudaron para esos fines.


4. Medidas desde el predio


Como se ha señalado en reuniones, la seguridad comienza en la finca: conteo constante de animales, mantenimiento de cercas y corrales, control sobre quienes trabajan en la finca (verificación de antecedentes), mantener registro fotográfico o documentación del hato, mejorar la iluminación, cerramientos y vigilancia privada si es posible.


5. Coordinación institucional efectiva


Que la Policía, la autoridad judicial, autoridades municipales, Gobernación, gremios ganaderos, asociaciones rurales y organismos de control (Contraloría, Procuraduría, Defensoría) coordinen acciones, compartan información y definan responsabilidades claras, metas y resultados esperados.


6. Uso de tecnología y mecanismos innovadores


Cámaras, drones, georreferenciación, señalización, chips, apps de alerta rural y líneas de comunicación donde los productores puedan reportar en tiempo real sospechas.


7. Asignación financiera clara y rendición de cuentas


Los fondos que se recaudan por la sobretasa en energía, por impuestos u otras fuentes destinados a seguridad rural deben tener proyectos definidos, ejecución clara, supervisión ciudadana e informes públicos. No puede ser que se recaude dinero y no se vea beneficio concreto para la seguridad del campo.


Un llamado crítico a autoridades y gremios


No bastan las reuniones, los discursos ni las estadísticas; lo que realmente se necesita es acción concreta. Para el ganadero, cada vaca que desaparece representa una herida económica y emocional. Tras esta reunión felicitamos a la Policía Nacional por la iniciativa, pero es indispensable que se traduzca en compromisos específicos: quién hará qué, en qué plazos, con cuántos recursos y bajo qué mecanismos se medirá el avance.


A su vez, los ganaderos también tienen responsabilidad: la denuncia es fundamental, pero deben exigir seguimiento, apoyarse entre vecinos y trabajar de la mano con las organizaciones gremiales.


POLICÍA NACIONAL

Sucre no puede seguir viendo cómo se desangra su ruralidad, mientras quienes producen alimento y riqueza para el departamento sienten que están solos frente al deterioro de la seguridad. El abigeato, el carneo, las extorsiones y los hurtos masivos de ganado no son meros datos: son la destrucción de familias, de economías rurales y de la confianza en el Estado.


Es hora de que la seguridad rural deje de ser un asunto secundario y se convierta en prioridad de Estado en Sucre: con dotación, inteligencia, justicia, prevención, participación activa de la comunidad y, sobre todo, voluntad política. No podemos permitir que, al terminar el año, los ganaderos cuenten sus pérdidas en lugar de conservar sus hatos, sus sueños y sus predios.


Columna de Opinión

SILVERIO HERRERA C

LA REACCIÓN PRENSA

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